Usted ha decidido perder peso y estar en forma, así que para eso quizá suela: a. Revisar con lupa la cantidad de calorías y los valores nutricionales de cada alimento que consume. b. Llenar su nevera con verduras y frutas que hacen parte de su dieta para perder peso y alimentarse de una forma sana y balanceada. c. Medir cuidadosamente cada una de las porciones de comida, con el fin de no dejar que se pase ni un gramo más, de acuerdo con la medida sugerida por el nutricionista. d. Hacer ejercicio cardiovascular entre 5 y 6 días a la semana y con mucho juicio. e. Cumplir al pie de la letra cada una de las rutinas anteriores o por lo menos 3 de ellas. Sin embargo, aquí hace falta algo…
¡Que sus esfuerzos no se conviertan en trabajo perdido! En pocas palabras: no pierda tiempo.
Por más esfuerzos que realice para marcar menos kilos en su báscula, una de las claves para lograr el peso ideal también está en tener disciplina con los horarios y los tiempos en los que se come. Así es, comer a deshoras estropea el progreso de la pérdida de peso, debido a que cuando se pospone una comida hasta tarde, el metabolismo pierde su sincronía con el reloj interno del cuerpo, así lo sustenta una investigación española publicada en la Revista International Journal Of Obesity.
Investigadores españoles, interesados en comparar el progreso de la pérdida de peso en un grupo de 420 pacientes de 42 años con sobrepeso, observaron con exactitud a qué hora estas personas ingerían su comida principal. Para esta investigación se estudiaron 210 pacientes que almorzaban antes de las 3:00 p.m. y otro grupo que lo hacía después de esa hora de la tarde. Al final, los investigadores concluyeron que el primer grupo perdió en promedio 10 kilos y el segundo, perdió un promedio de 5.
Las modificaciones en el horario de la comida tienen un gran impacto en los ciclos asociados con los momentos de actividad y los de descanso, por eso cuando estos ciclos se alteran, los procesos fisiológicos sufren variaciones a la hora de guardar la energía y a la hora de gastarla físicamente. "Cuando el horario de las comidas no coinciden con el ciclo de sueño-vigilia, hay una desconexión entre los diferentes relojes que tenemos en básicamente todas las células de nuestro cuerpo", asegura el autor de este estudio, Frank Scheer, en una entrevista para el portal The American Society for Aesthetic Plastic Surgery.